La piel actúa como una barrera que nos defiende de cambios exteriores y tiene un gran porcentaje de agua en su composición. El frío, el viento, la escasa humedad del ambiente y la calefacción favorecen su deshidratación y hacen que se vea opaca, más seca y más arrugada, lo que da un aspecto envejecido.
También hay algunas enfermedades que pueden desencadenarse en esta época, como las urticarias (ronchas que pican) y los sabañones (lesiones inflamatorias, dolorosas, de color azulado, localizadas generalmente en dedos, orejas y nariz), que pueden llegar a ulcerarse o lastimarse.
Si no la cuidamos, la piel lentamente se va dañando.
En esta entrada te trasladamos el consejo de nuestra doctora, Gloria Cabezas, especialista en medicina estética.
¿Cómo afectan a nuestra piel las bajas temperaturas?
Pueden causar el estrechamiento del calibre de los vasos sanguíneos cutáneos (vasoconstricción) y, así, provocar una disminución de los nutrientes debido a una menor irrigación. A esto se le puede sumar el uso de la calefacción que reduce la humedad del ambiente y, si estas condiciones se mantienen por un tiempo prolongado, pueden provocar deshidratación y volver la piel más sensible, irritable, con tendencia a agrietarse. Además, favorecen la aparición o exacerbación de ciertas enfermedades como dermatitis atópica, psoriasis o eccemas.
¿Y los cambios bruscos?
Al entrar y salir de lugares con diferentes niveles de calor, se produce en forma repentina la constricción y la dilatación de los vasos de la piel. De esta manera, es posible que se presente enrojecimiento, la ruptura de algunos capilares y, en quienes la padecen, empeoramiento de la rosácea (tono rojizo y pequeñas protuberancias faciales).
¿Qué tratamientos existen para mejorar su textura?
Debido a la menor exposición solar, es frecuente que se efectúen tratamientos mínimamente invasivos en la piel que favorecen el recambio celular, como peelings, láser o luz pulsada. En estos casos, el equipo de profesionales de Clinica Estética Boccio Huelva te indicarán los cuidados necesarios después de estos tratamientos, que incluirán, dentro de otras cosas, hidratación y protección solar.
6 Consejos para una Piel Radiante en Invierno
Cuando llega el invierno, no solo debemos abrigarnos más; ¡nuestra piel también necesita un cuidado especial! El frío, la calefacción y el viento pueden resecarla, dejándola más sensible y vulnerable. Aquí te contamos cómo cuidarla durante esta temporada para que mantenga su brillo y suavidad todo el año.
1. Hidratación interna y externa
Una buena hidratación ayuda a preservar la elasticidad, la suavidad y el color de la piel.
- Interna: Bebe al menos 2 litros de agua al día. Para complementar, incluye infusiones o tés calientes, especialmente aquellos con propiedades antioxidantes como el té verde.
- Externa: Utiliza cremas hidratantes ricas en ceramidas, ácido hialurónico o glicerina. Si tienes piel seca, opta por fórmulas más densas; si es grasa, elige productos ligeros libres de aceites.
2. Limpieza y protección solar
Limpia tu cara por la mañana y por la noche con productos suaves y específicos para tu tipo de piel.
- Protector solar diario: Aunque parezca que el sol no afecta, los rayos UV siguen presentes. Usa un protector con al menos SPF 30, incluso en días nublados o cuando estás en interiores con ventanas grandes.
- Doble limpieza: Por la noche, retira impurezas acumuladas con un limpiador al agua o aceite para preparar la piel para su rutina nocturna.
3. Cuida tus labios y manos
Estas áreas son las primeras en resentir el frío.
- Aplica bálsamos labiales con manteca de karité, cera de abejas o aceites naturales para evitar grietas.
- Protege tus manos con cremas nutritivas que contengan glicerina o silicona. Usa guantes al salir al frío para una protección extra.
- Prevención del herpes labial: Mantén tus labios hidratados y protege tu sistema inmune consumiendo alimentos ricos en vitamina C.
4. Evita duchas muy calientes ni fuentes de calor intensas
Aunque tentador, el agua caliente puede resecar aún más tu piel.
- Opta por duchas tibias (entre 36-38°C) y no prolongues el baño más de 10 minutos.
- Tras la ducha, sella la hidratación aplicando una crema corporal humectante antes de que pasen 5 minutos.
5. Alimentación e hidratación interna
Los alimentos también pueden ayudar a proteger tu piel.
- Incluye grasas saludables como las que se encuentran en el aguacate, las nueces, el salmón o las semillas de chía.
- Consume alimentos ricos en vitamina E (almendras, espinacas) y vitamina C (cítricos, kiwi) para proteger la piel del estrés oxidativo.
6. Evita el contacto directo de la piel con la lana
La lana puede irritar la piel y causar molestias.
- Usa camisetas de algodón como capa base antes de vestir prendas de lana.
- Evita ropa ajustada para prevenir irritaciones y brotes de dermatitis.
Recuerda que una piel saludable es tu mejor accesorio. Dale lo que necesita y ella te lo agradecerá. ¿Cuál es tu tip de cuidado favorito para esta temporada?
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